San Isidro

Está ubicada en la parte oeste de la comarca de Alcalá, a unos 7 kms del casco urbano, en dirección a Córdoba por la carretera comarcal 336 y A-340. Tiene 266 habitantes.
Sus casas y cortijos se encuentran dispersas, siendo las principales la Casería de Aranda, la Casería de Trueva y de Morón. Los cortijos de la Fuente la Negra, Chinales, Pedregales, la Loma, el Palio, el Pósito, la Manca, las Animas, Fuente del Alfoz, el Encinar, el Fundo, Bermejo, Cañada-honda, Juan Cruz, Albarizas, los Cierzos, las Mimbres, el Hospital y el Villar.
Tiene varios nacimientos de agua: el Cañuelo, el Chinal, la Fuente la Negra, Fontanilla, las Caserías y la Fuente el Ayoso.
Sus cerros principales son el de los Pedregales en cuya falda se encuentra la ermita y el de las Albarizas.
Cerca de las Caserías nos encontramos con la atalaya del Pedregal a 1020 mts de altitud en la parte norte de la sierra del potro.
Historia: Se han encontrado vestigios y restos arqueológicos del neolítico en forma de tumbas y ajuares y de época romana, en la zona del cortijo de las Monjas.
Cuando se constata presencia más estable es en el periodo comprendido tras la conquista de Alcalá la Real. Este lugar ofrecía unas características ideales para el desarrollo de la ganadería y el cereal junto con el viñedo. El olivar culminará el ciclo productivo en los últimos años del XIX incrementando la dispersión rural que desaparece en los últimos años del XX.
El nombre de Caserías recoge los cortijos donados por los reyes respectivos (Alfonso XI, Reyes Católicos, Carlos I, Felipe II, Felipe III, Felipe IV y Felipe V)
El carácter disperso de las propiedades daba lugar a que los propietarios no residieran en los cortijos sino que se los arrendaba a personas de Alcalá la Real, con el rango de pujareros o jornaleros que reciben el nombre de labradores.
Los jornaleros, vivían del jornal y otros, de la compraventa de ganado. En 1751 se les denominaba sirvientes de soldada, divididos en gañanes de campo y ganaderos o pastores.
Fiestas: el día 15 de mayo ser realiza una romería en honor a S. Isidro Labrador.
La Ermita se levantó en uno de los cortijos ligado a la familia de los Pinedas y se nombró Capellán, que al principio solo asistía a la fiesta de lugar que por su carácter agrario se celebra el día de S. Isidro. En torno a 1730, el capellán ejercía de administrador de las tercias decimales por lo que percibía parte del recaudo y atendía la formación espiritual, pasando a decir misa los días de fiesta y domingos. Desarrollaron una gran labor social recogiendo peticiones y demandas de los vecinos para trasladarlas al cabildo, elaboraban testamentos y enseñaban a leer y escribir.
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