Está situada en el suroeste de la comarca alcalaína, a 1145 mts de altitud. Se llega por la carretera comarcal 336 dirección a Montefrío.
Fue una alquería musulmana llamada -Mary al-Qurun.
En la Fuente del Adoradero el 16 de octubre de 1497 se reunieron represantantes municipales de Montefrío y Alcalá y escribanos que daban fe de los acuerdos, con el objetivo de clarificar ambos términos; siendo testigos dos moros, Abuahen Atalha y Mahomat Talha.
Son lugares de interés la Ermita: situada al cruzar la carretera en parte cordobesa. Su nave y capilla mayor tiene gruesos y rudos contrafuertes, con una Purísima, un San Juan y un Sagrado Corazón de Jesús.
El cortijo de la Cruz, delante del cual hay una cruz de piedra con peana antigua en la que aparecen dos relieves, un manojo de cinco flechas, y dos letras mayúsculas, la -Y- y la -F-, que son los símbolos de los Reyes Católicos. Por lo tanto no es aventurado asegurar que la cruz puede ser de finales del XV o principios del XVI.
Fiestas:se celebra la festividad de la Virgen de Fátima el 13 de mayo y las fiestas de la cruz.
Antiguamente se celebraba una fiesta el día de los inocentes. Los hermanos de la cofradía de las ánimas comenzaban a pedir el día 24 de diciembre hasta el 28 que era la fiesta.
Iban vestidos de forma curiosa: llevaban sobre sus espaldas una especie de mantón de tres picos, de colores vivos, encima de los hombros unas escarapelas de las que caían algunas cintas. Se ponían un sombrero de paja de centeno con forma de hongo adonrnados con flores de papel y cintas de colores.
En el cinto llevaban pendientes y diez o doce campanillas de cobre. Llevaban un bastón especial de paja de centeno entrelazada, con adornos floreados y una porra en la parte baja y más cintas de colores en el fuste.
Llevaban una cesta de mimbre y dentro una caracola que sonaban y servía de aviso y la gente decía -ya vienen los tontos- pedían y daban saltos y la gente daba dinero por verlos brincar.
También recogían productos de matanza que luego rifaban en la fiesta. En una mano ofrecían el lote y en la otra una jarra de vino. La gente pujaba y cuando no había más ofrecimientos el -.tonto- se acercaba y repetía la última cifra e invitaba a beber "veintiséis reales y bebe" era el gesto de aceptación.
El pujante ofrecía el lote a su moza y si lo aceptaba era buena señal ya que podía haber noviazgo.
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